En México, cerca del 88% de la energía primaria que se
consume proviene del petróleo. Llega a nosotros cada día en una gran variedad
de formas. Es la principal fuente de insumos para generar energía eléctrica,
permite la producción de combustibles para los sectores de transporte e
industrial. Además, es materia prima de una gran cantidad de productos como
telas, medicinas o variados objetos de plástico.
Desde la segunda mitad del siglo XX este recurso natural se
extrae del pozo y se lleva directamente a las cisternas de los buques-tanque.
Al 2006, en México se cuenta con 4 441 km de oleoductos que Petróleos Mexicanos
(PEMEX) tiene instalados.
Para la extracción de petróleo, PEMEX cuenta con 193
plataformas marinas equipadas con brocas para perforar el subsuelo hasta llegar
al yacimiento.
La vida sin el petróleo no podría ser como la conocemos. Del crudo obtenemos gasolina y diesel para nuestros autos y autobuses, combustible para barcos y aviones. Lo usamos para generar electricidad, obtener energía calorífica para fábricas, hospitales y oficinas y diversos lubricantes para maquinaria y vehículos.
La industria petroquímica usa productos derivados de él para hacer plásticos, fibras sintéticas, detergentes, medicinas, conservadores de alimentos, hules y agroquímicos.
El petróleo ha transformado la vida de las personas y la economía de las naciones. Su descubrimiento creó riqueza, modernidad, pueblos industriales prósperos y nuevos empleos, motivando el crecimiento de las industrias mencionadas.